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jueves, 3 de noviembre de 2011

¿Vivos o Muertos? por Marcos Figueroa


Introducción


Nos hemos preguntado muchas veces si ¿vale de algo esta vida?, y la respuesta muchas veces ha sido pesimista. En nuestro andar pareciera que las cargas son más pesadas que nuestras fuerzas y los errores mayores que el perdón. Pero frente a estas preguntas Dios nos da una respuesta conocida con el término de SalvaciónEste término parece una palabra más pero al analizarla descubriremos que no es simplemente una palabra sino una realidad.

Volviendo al principio

Para entender lo que realmente es la Salvación, debemos volver al principio, o sea, ir a la fuente (Dios) y saber lo que la fuente quiere manifestar sobre este tema. La Biblia nos da esa respuesta.

Este término en el AT se traduce como “introducir en un ambiente espacioso”, pero tiene desde el comienzo el sentido metafórico de “liberación de toda limitación” y los medios para llegar a ella; liberación de los factores que constriñen y limitan.

Puede referirse a liberación de una enfermedad (Is. 38: 20), de los problemas (Jer. 30:7), o de los enemigos (Sal. 44: 7). En el NT Jesús en los evangelios menciona la palabra Salvación (Lc. 19: 9), donde se refiere a sí mismo como personificación de la Salvación, impartiendo perdón a Zaqueo, por lo que vino a hacer. Bajo este punto la Salvación es un beneficio gratuito que Dios nos da, y que todo ser humano debe anhelar y recibir, ya que debido a nuestra naturaleza de pecado nos encontramos separados de Dios. Si aceptamos a Cristo recibimos perdón y entramos en una comunión verdadera con Dios nuestro Padre.

Sus tiempos (pasos)

Para muchos la Salvación sólo es el punto donde aceptamos a Cristo, pero es sólo el primer paso o tiempo. En este paso es lo que dijimos anteriormente cuando recibimos a Cristo en nuestro corazón (conversión), pasando de muerte a vida. Esto es lo que conocemos también como Regeneración, o sea, Nuevo Nacimiento (Tito 3: 5; Mt. 19: 28). Como dijimos es el primer paso.

El segundo tiempo o paso es el conocido como nuestra vida en Cristo, es en el que el Espíritu Santo empieza a obrar, o sea, cambiar nuestra vida; sacando lo malo (viejo hombre) y dejando ver la nueva naturaleza (nueva criatura). Este paso dura toda nuestra vida terrenal, o sea, hasta la muerte. Nunca dejaremos de aprender y; a la vez, poner en práctica lo aprendido.

El tercer y último paso es el conocido como El Regreso de Cristo por su Iglesia (1 Tes. 4: 16-17), cuando Cristo regrese por su pueblo y nuestros cuerpos (ya sea que estemos muertos o que aún vivamos) sufran un cambio completo para estar ante Dios mismo.

¿Se puede perder o no?

Como vimos anteriormente dura toda nuestra existencia, y bajo un texto clave que es Ef. 2:8 podemos determinar que la Salvación no se puede perder. Muy diferente es si nosotros en forma voluntaria nos alejamos de ella, ahí por nuestra voluntad podemos terminar en juicio para condenación como lo señala Heb. 10: 26-27.

Resumen

Podemos decir que la Salvación es gratis, sólo al aceptar a Cristo la recibimos, pero que no termina sólo ahí sino que dura por toda nuestra existencia. Por eso es tan importante ya que es la base de todos los demás aspectos de nuestra vida como son la Justificación, Santificación, Glorificación y muchos otros más que en nuestra vida pasaremos.

Oración: “Gracias Señor por tan grande regalo, aún yo no mereciéndolo, Tú me lo das. Por eso te ruego que Tú me enseñes cada día a valorarla más y más. Enséñame ano apartarme de ella, para así conocerte, y al conocerte, disfrutar lo que Tú tienes preparado para mí cada día. En el nombre de Jesús. Amen”

Marcos Figueroa Salamanca
Director EE.BB de Invierno - Juventud Nacional

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