“Palabra
de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levántate y vete a casa del alfarero,
y allí te haré oír mis palabras. Y descendí a casa del alfarero, y he aquí que
él trabajaba sobre la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder
en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿No podré yo hacer de vosotros
como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro
en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.” Jeremías 18:1-6 (RV 1960)
¿Quién podrá
entender esto mejor que nosotros? Cuando ves por todo lo que has pasado y te
preguntas ¿Cómo logre sobrevivir? Siempre hubo una noche tan larga, que pensaste
con desesperación en el amanecer, siempre hubo un momento donde lloraste y pensaste
que ya no te quedaban lagrimas, te dormiste de tanto llorar, hubo un momento
donde la pena fue tan grande, que pensaste que no lo superarías y si lo hicisteis,
que maravilloso es saber que vencisteis. La vasija de barro se quebró en las
manos del alfarero, podría haberse roto en otra parte pero fue en sus manos y ¿para
qué?. Para hacerla aun más hermosa, pero fíjate lo hermoso… no la tiro a la
basura, esos mismos pedazos le fueron suficiente para hacer su obra maestra…
maravillosa Gracia…
“en el palacio real de Teherán, en Irán,
puede verse unos de los más hermosos trabajos en mosaicos del mundo. Los techos
y paredes resplandecen como diamantes en reflejos multifacéticos. Originalmente,
cuando fue diseñado el arquitecto hizo colocar paneles de espejos en la pared.
Cuando llego el primer embarque desde Paris encontraron horrorizados que los espejos
estaban rotos. El contratista los tiro a la basura y le llevo la triste nueva
al arquitecto, de forma sorprendente, el arquitecto ordeno que se recogiesen
todos los pedazos rotos, los rompió en pequeños pedazos y los pego en la pared para
convertirlas en un mosaico de plateados, brillantes, espejados trozos de vidrio”.
¡¡¡Quebrarse
para embellecerse!!!!... Es
posible convertir tus cicatrices en estrellas. Es posible mejorar a causa del
quebranto. Es extremadamente raro
encontrar en los grandes museos
del mundo objetos antiguos que no estén rotos. En realidad, algunas de las
piezas más preciadas del mundo solo son fragmentos que pertenecen como un
sagrado recuerdo de un glorioso pasado
Nunca
debemos subestimar el poder de DIOS para reparar y restaurar.
“El sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.”
Salmos 147:3 (RV 1960)
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