
Así es también el hombre que no
conoce a Dios, intenta descubrir la vida sin brújula ni instrumento alguno que
lo dirija en ella, lo hace a ciegas, confiando en sí mismo, extraviado. Dice la
Palabra de Dios en el libro de Proverbios 16:25 que “Hay caminos que al hombre le
parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte”. Nuestra
naturaleza nos dirige al extravío, nacimos malditos y marcados por el pecado,
lejos del lugar en donde fuimos creados para habitar, pensando en transitar en
la vida solos, aferrados a la idea de que nosotros sabemos por dónde ir, que no
necesitamos nada ni nadie que nos dirija, hasta que nos encontramos perdidos,
sin saber cómo salir de aquel lugar, angustiados pensando que nadie puede
ayudarnos, que es mucho el tiempo que hemos estado allí y ya nadie se
preocuparía de nuestras vidas, pero hubo un Rescatista que sin tener la
obligación de hacerlo, siendo el Creador de la humanidad, dejó su trono y su
condición de Dios, para venir al mundo y salvar a los perdidos, su nombre es
Jesucristo, quién padeció y canceló el precio para encontrarnos, restaurándonos
y entregándonos las herramientas e instrumentos necesarios para dirigirnos en
este mundo y no extraviarnos, si has recibido el gran amor de Cristo en tu vida
ya no estás perdido, ni volverás a estarlo, has sido hallado por el mayor
Rescatista, El ha indicado por donde debes ir, El es la brújula y la luz en el
camino del hombre es su Palabra, por lo tanto, confiadamente podemos decir “Sabemos
hacia dónde vamos”.
Por Gonzalo Opazo Mora
Coordinador UJC Curanilahue
Link Relacionados: